Incluso la economía capitalista tiene sus límites. El propio Adam Smith, considerado como su fundador intelectual, habla que la necesidad de observar al otro como elemento fundamental antes de actuar, sentir a los otros y menos a nosotros mismos. Restringir nuestros impulsos egoístas y consolidar los benévolos constituye para Smith, la perfección de la naturaleza humana.
En base a éstas y tantas otras escuelas de pensamiento social, político y económico, desarrolladas desde entonces, así como consecuencia de la evolución de nuestras sociedades, creo razonable afirmar que la nueva economía urbana debe ser ciudadana: creada por ella, gestionada por ella y orientada en sus efectos hacia ella. Leer más…